jueves, 27 de junio de 2013

La música llena el alma.

Cerrar los ojos, escuchar una canción, sentir muchas emociones juntas e inesperadas.
Recuerdos de la niñez, gente sonriendo, disimulando felicidad para que esa infancia no sé desvirtúe, para que la imaginación fluya, para que los niños sean niños, sin preocupaciones, con sueños, sin frustraciones.
Recordar abrazos que ya no están, caricias que van a faltar, caricias que faltan ahora ya en este momento.
Me duele el timo, es feo, respiración de angustia horrible. Prefiero dormir siestas eternas.

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