Tiempo al tiempo mí amor, y así nos aseguramos de tenerlo un poco menos en cuenta. Y brindamos mejor con un beso y un abrazo para celebrar su paso cada tanto. Se
nos pierde la costumbre de disfrutar los momentos que pasamos, día a
día, tarde a tarde, noche a noche, tiempo al tiempo mi amor. Tan
ambiciosa como ansiosa puede tornarse la mente, tan reflexiva como
influyente. Organiza, clasifica, ordena, sí, pero a la vez limita. Daño
al daño también las heridas se vuelven superficiales, ahí al fondo no
importa cuán hondo calen, ni si sangran ni si dejan cicatrices, ahí al
fondo de tu vida todo da igual. Cambia fondo por adentro, es dentro tuyo que esta el fondo de tu vida. Sentite
parte del todo, acomodate y daño al daño también mi amor, vuestra
impaciencia es la que embarra todo el terreno del juego que no dejamos
de pisar. Lo único real del tiempo es que pasa como la vida misma, pasa. No
perdamos la costumbre de ir adentro nuestro cada tanto, a ver qué tan
felices somos, ahí al fondo todo se conecta de algún modo, todo fluye,
todo cambia, todo. No hay consumo, no manda
la plata, y si hemos caído bajo en el más profundo fondo, todo se
conecta de algún modo.
¿Y te sorprende mi amor?
No hay comentarios:
Publicar un comentario